Estaba Tan Solo, Señor
Estaba tan solo que cuando hablaba,
no hablaba nada porque estaba solo.
Estaba tan solo que cuando rezaba,
no rezaba nada porque estaba solo.
Estaba tan solo que cuando cantaba,
no cantaba nada porque estaba solo.
Estaba tan solo que cuando reía,
no reía nada porque estaba solo.
Estaba tan solo que cuando lloraba,
no lloraba nada porque estaba solo.
Pero un buen día te hablé Señor,
y Tu inclinaste tu oído para oírme.
Pero un buen día te recé Señor,
y Tu me diste tu atención para escucharme.
Pero un buen día te canté Señor,
y Tu pusiste tu voz para acompañarme.
Pero un buen día te sonreí Señor,
y Tu volteaste tu rostro para mirarme.
Pero un buen día te lloré Señor,
y Tu extendiste tu mano para consolarme.
Y desde ese día ya no estoy solo,
porque Tu estas siempre conmigo
como Padre, Maestro y Amigo,
puedo ver tu rostro en cada uno
de todos mis seres queridos,
hoy puedo hablar, rezar, cantar,
sabiendo que Tu estas a mi lado.
Hoy puedo reír y puedo llorar,
seguro de que en Ti puedo confiar
porque Tu me has escuchado y consolado.